El edificio original era un proyecto para casa del arquitecto Juan de la Vega de patio central con cuatro plantas, y torre-mirador de tres niveles. Su último uso fue el de la Delegación Provincial de la Consejería de Educación y Ciencia, el cual se conserva una vez restaurado.
Para continuar con el papel del patio central como distribuidor organizador de las relaciones espaciales internas, se busca encerrar la escalera existente en su propio recinto murario y se acristalan sus accesos de plantas. El aumento de la iluminación natural se realiza sustituyendo la solería opaca que construye las galerías con baldosas moldeadas de vidrio, dejándose a la vista la viguería de madera, como ya estaba en el techo sobre la planta superior. De la anterior montera se conserva y restaura su zócalo inferior de ventanas, sobre el que se monta el nuevo remate.
Con el fin de recuperar algunos valores de primitivo espacio libre del fondo de parcela, se vacían los forjados que lo han cubierto – los únicos que no son entramados de madera – y se trata el espacio total como único, con una entrada cenital de luz; disponiéndose en su interior una especie de amplias balconadas desde la crujía original. Los dos cerramientos de la casa que dan a este espacio se restauran con huecos análogos a los de fachada, y en la crujía a la de la calle lateral, que queda libre, se abre una balconada por planta análoga a la exterior. Las medianeras se vuelven a tratar con azulejería en toda su altura, con los restos existentes de la misma en el propio edificio, mientras en planta baja se sitúa un pozo con brocal de mármol.