El Plan Parcial 2B3 de 1963 proponía para el sector donde se construye este edificio y su vecino de oficinas Sevilla 1, que los volúmenes proyectados perpendiculares a fachada podían llegar a cinco metros de la misma siempre que su ancho no superase los doce en al menos diez metros de longitud, y dejasen ciego su frente a partir de planta baja. Esta normativa explica la disposición de este edificio con una planta en forma de “L” con testeros ciegos y fachadas abiertas en los lados interiores, recuperando las viviendas la visión sobre las avenidas.
La escalera queda situada en la unión de las dos alas y adquiere una singular expresión: acristalada y con una barandilla de palos cruzados que también es visible desde el exterior. La volumetría del edificio se modifica según su contexto más inmediato, con mayor altura en la avenida que estaba por concluir (San Francisco Javier), y de menor junto al conjunto residencial Condes de Bustillo. Esto hará que la caja de escalera se señale aún más al sobresalir por encima de este lado de la L.
El proyecto realiza un juego compositivo en la fachada alternando grandes ventanales, traduciendo al exterior la situación de la estancia principal frente a otros huecos de tamaño más habitual y que corresponden en su mayoría a los dormitorios. Junto a la acristalada caja de escalera, esto confiere al edificio un dinamismo en su imagen que rompe la monotonía de una fachada uniforme y repetida.