1969
Edificio de Apartamentos Huerta del Rey
112 viviendas.
Avenida Eduardo Dato,
Sevilla 1969.
Manuel Trillo de Leyva,
Felipe Medina Benjumea
1969
Edificio de Apartamentos Huerta del Rey
112 viviendas.
Avenida Eduardo Dato,
Sevilla 1969.
Manuel Trillo de Leyva,
Felipe Medina Benjumea
















Edificio de apartamentos Huerta del Rey
112 viviendas. Avenida Eduardo Dato, Sevilla 1969
Manuel Trillo de Leyva, Felipe Medina Benjumea
El Edificio de apartamentos Huerta del Rey se construyó con un armazón metálico que permite grandes vuelos en sus cuatro fachadas rematado con pretiles curvados de hormigón prefabricado. El vuelo de la cubierta no transitable es metálico pero su elevada altura nos hace confundir su materialidad con el resto de bandas horizontales, siendo el único, junto al de coronación de la planta baja que no se interrumpe en el encuentro de las escaleras con la fachada. La cubierta, también metálica y ventilada, sirve para alojar las instalaciones, su ligera inclinación impide su visión desde la calle no alterando la horizontalidad el edificio. El primer vuelo de planta baja abandona la huella de los anteriores para lanzar una plataforma al encuentro entre la radial avenida de Eduardo Dato, prolongación de la Puerta de la Carne, y la Avenida circundante de San Francisco Javier, convertida en Luís de Morales tras el cruce.
La plataforma resuelve el encuentro del edificio con el enclave urbano, prolonga los locales hasta él y aloja una piscina descubierta comunitaria. La piscina aparecía como reclamo en el folleto publicitario de venta de los apartamentos de alquiler junto a los propagandísticos titulares “un servicio de hotel en su propio hogar” o “Un nuevo estilo de vida más allá de tu ideal”.
Cada planta contaba con la reserva de un espacio para servicio de ropa y comida para los apartamentos junto al núcleo de comunicaciones. A aquella novedosa oferta empresarial se añadía un vestíbulo singular con una obra escultórica de Gerardo Delgado, protegiendo su intimidad por cristales ahumados y apertura de puerta fotoeléctrica. Atracciones finales del edificio que invitaban a los niños de la época de los barrios de la periferia a colarse en el edificio aprovechando la salida de algún propietario y descubrir un mundo diferente en su interior. La compra de los apartamentos se realizaría por inversores que los destinarían a alquiler, situación que se mantiene en gran parte en la actualidad.